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Los peores errores de lenguaje corporal en las presentaciones

El discurso de un ponente es la unión de varios mensajes que se envían por diferentes canales: el texto, los visuales, la imagen personal, la voz, el lenguaje corporal… Todos ellos envían información en paralelo para que la audiencia los integre en un discurso completo.

Sin embargo, los estudios nos dicen, que no todas esas informaciones se priorizan por igual a la hora de combinarlos. De modo que unos tienen preponderancia sobre los otros y su carga semántica será más atendida que la de los otros.

El lenguaje corporal es uno de los que más influencia va a tener sobre la audiencia. Fíjate sino como en este vídeo, el personaje que plagia el discurso de Obama -pensando que nadie se iba a dar cuenta- aún ofreciendo las mismas palabras transmite cosas completamente diferentes a su propio modelo.

Un gran ejemplo de que el lenguaje corporal tiene más peso que el texto en sí mismo al interpretar el discurso.

Los peores errores del lenguaje corporal en las presentaciones

Sabiendo su importancia, quiero compartir contigo cinco errores de lenguaje corporal -los que más detecto entre mis estudiantes- que debes evitar en una presentación:

1. Brazos colgando

Hay un tipo de estudiante que quieren transmitir un mensaje de tranquilidad e inconscientemente generan una postura de pasividad. Como nuestro foco de atención debe estar puesto en nuestra cara, los codos siempre deben estar doblados, con las manos siempre por encima de la cintura, ayudando a crear un marco visual que comprenda cara y torso donde concentremos la atención.

2. Si no lo veo, no existe

Una de las técnicas «antinervios» que utilizan algunos ponentes es la del avestruz. Mirar a los ojos -o al menos que la audiencia tenga esa sensación a pesar de que sea muy numerosa- es la mejor manera de mantener la atención y hacerles sentir que el mensaje está dirigido a ellos.

3. Estaticismo

Mantener una posición inmóvil a lo largo de la presentación, por el agarrotamiento de los nervios, te hacen ver como un maniquí. La naturalidad es la base de la credibilidad. Así que muévete sin miedo por el escenario.

4. Bailecitos

Los pequeños pasitos adelante y atrás, o de un lado a otro, son la demostración de descontrol sobre la propia postura. Toda una presentación intentando compensar un desequilibrio de partida. Se convierte en un gran distractor y además transmite dubitación sobre lo que se está explicando.

5. Gestos parásitos

Son esos gestos que no sabemos por qué hacemos repetidamente. La mayoría de veces ni somos conscientes de hacerlos. Son altamente distractores y no añaden nada al discurso. Hay que eliminarlos.

 

Estos son los que yo he clasificado como más frecuentes entre mis estudiantes.  ¿Te reconoces en alguno de ellos? Empieza a trabajar para que tu cuerpo refuerce tus palabras y no al contrario.

 

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