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4 consejos extraoficiales para hablar en público

Es fácil pensar en hablar sobre cómo presentar. Existen métodos, consejos y trucos para salvar casi cualquier escollo. De la misma manera, preguntarse acerca de cómo no presentar es adentrarse en la otra cara de la luna, pero no deja de ser el mismo tipo de asunto. No obstante, existen personas que gustan de hacer lo que los ingleses llaman to think outside the box, pensar más allá, y se atreven a aplicar trucos que oficialmente se desaconsejarían en cualquier curso sobre hablar en público.

Las técnicas que comentaremos a continuación son poco frecuentes porque requieren, generalmente, de sangre fría, urgencia, patrones de pensamiento y planteamientos artísticos fuera de la norma. O lo que es lo mismo: son maneras de hacer aptas para unos pocos. Pero están ahí, funcionan, y suelen ser muy atractivas de presenciar.

Los 4 consejos que nunca te darán en un curso sobre hablar en público

Encadenar historias

Hay quien es incapaz de recordar a qué venía. Sabe que debe realizar una presentación de un producto o un servicio, pero olvida sistemáticamente los datos más importantes, las características fundamentales o incluso el eslogan de su empresa. Sin embargo, es capaz de recordar y enlazar casi cualquier punto del proyecto con historias y anécdotas que conoce y, casi sin darnos cuenta, ha traído lo más importante de su objetivo principal a través de esos chascarrillos.

Pro: suelen ser presentaciones tremendamente entretenidas.

Contra: el mensaje puede perderse entre tanto vestido de sucesos.

Improvisar

Admitámoslo: del mismo modo que existen universitarios que son auténticos maestros del noble arte de sacar excelentes elaborando trabajos de 80 páginas la noche antes de la entrega, también existen los buenos improvisadores. Componer un discurso sobre la marcha es una habilidad que se puede entrenar (las clases de improvisación existen por algo), pero también es una forma de hacer las cosas que necesita de un ponente con una autoestima a prueba de bombas.

Pro: sus presentaciones son siempre diferentes, aunque su estructura sea esencialmente invariable.

Contra: basta un solo traspiés, un día poco lúcido, para perder a la audiencia de esa sesión y montones de clientes o apoyos potenciales.

Usar β-bloqueadores

Como hemos aprendido estas semanas, para mucha gente, el mayor problema de hablar en público son los nervios. Formas de acometerlos las hay a puñados, pero una poco conocida —al menos a gran escala—, es el uso de β-bloqueadores.  Estos medicamentos, en pocas palabras, reducen el ritmo cardíaco e impiden sentir los efectos de la adrenalina, lo que ayuda a mitigar algunos síntomas de los nervios. Por supuesto, es la clase de apuesta que obliga a pasar por el médico antes de tomarla en serio, pero como dicen de las meigas, haberlas haylas.

Pro: es un remedio relativamente rápido y farmacológicamente accesible.

Contra: estamos hablando de medicamentos y ritmos cardíacos, no de juguetes.

No decir ni una palabra.

De todas las formas poco corrientes de hablar en público, ninguna puede ser más extraña como no decir ni una palabra. Sin embargo, el silencio de un ponente (especialmente si éste viene soportado visual y acústicos), también puede ser una forma efectiva de expresar un mensaje. Es cierto que entonces ya entramos en planteamientos filosóficos sobre si eso sigue siendo hablar en público, pero mientras haya una figura conduciendo el mensaje que necesita transmitir a su audiencia, la consideraremos.

Pro: una presentación con un orador mudo es, casi con toda probabilidad, un espectáculo visual y sonoro.

Contra: el silencio es la excusa perfecta para que otros pensamientos se cuelen en nuestro hilo de pensamiento.

 

Como hemos dicho, es difícil imaginarse a la primera de cambio en alguno de los métodos comentados. Quizá sí hemos sido capaces en un ambiente íntimo, menos intimidante, de liarnos la manta a la cabeza improvisando o encadenando historia. Es posible que hayamos vivido más de un recital en vivo en el que las palabras eran las justas (¡o inexistentes!), y queramos hacer algo parecido. Pero saber que ahí fuera hay quien es capaz de arrojarse a los leones es una perspectiva que merece tenerse en cuenta.

Y a propósito de contar, seguramente nos hemos dejado algunas en el tintero y conozcas algunos otros consejos extraoficiales para hablar en público. Sáltate la confidencialidad y compártelos con la comunidad dejando un comentario 😉

 

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