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5 razones por las que leer las diapositivas te perjudica

He terminado los cursos de este ciclo. Ante mí presentaron personas de todas las edades, niveles profesionales y sectores, y la mayoría persiste en uno de los peores fallos que puedes cometer cuando presentas: leer las diapositivas del powerpoint.

Usar las diapositivas como guión para el presentador en lugar de emplearlas como un apoyo visual eficaz es una tendencia generalizada. Si te reconoces en esa situación,  toma nota y dime si no te pasa lo siguiente.

Estas son 5 maneras de salir perdiendo en tu presentación cuando lees el powerpoint:

1. Pierdes el contacto visual con la audiencia

Al leer el powerpoint dejas de mirar a tu audiencia, y mirar a los ojos a alguien es hacerle saber que tenemos el canal de comunicación abierto. Si no miras a los ojos, no demuestras atención, empatía, ni ganas de interactuar.

¿Cómo pretendes que tu mensaje llegue a quien le expresas pocas ganas de comunicarte?

La mirada es esencial, y más cuanto menor es la audiencia. No renuncies a ese poder por leer un powerpoint.

2. Proyectas la voz hacia la pared

Si debes girarte a leer contra la pared porque tu pantalla es la misma que la que leen los asistentes, consigues que la mayor parte de la presentación se resuma a ti hablando con la pared. El resultado es que no ayudas a que tu mensaje llegue con la máxima nitidez a tu audiencia.

Hablar en público tiene sus propias barreras de comunicación por la distancia a superar entre los interlocutores, no lo pongas aún más difícil.

3. Te conviertes en un elemento de atrezzo en escena

Si tienes el vicio de leer tu powerpoint, te habrás percatado de que siempre te sitúas a un lado del escenario. Para que todo el mundo vea bien tus diapositivas, te colocas en una esquina. ¿Y ubicándote a un lado aún pretendes ser guía de ese grupo? ¿Quieres influir sobre unas personas que te ven al margen, en un rincón?

Asume tu papel de protagonista, demuestra tu liderazgo ocupando el centro de escena y dominando tú el espacio.

4. Pierdes credibilidad

Cuando requieres de unas diapositivas (o de un papel) para comunicar un mensaje tu credibilidad cae en picado. Cuando cuentas algo que dominas y crees realmente, no necesitas leerlo. Por lo tanto, si lo lees, debe ser que no te lo crees mucho o dudas sobre lo que dices. O, al menos, es lo que estás transmitiendo a tus oyentes.

Si quieres dar valor a tu trabajo, demostrar tu valía profesional, no te hagas prescindible. Cuanto más contenido sale en el powerpoint y menos sale de ti, más reemplazable eres.

5. Te lo pone más difícil

Aunque tengas la sensación de que almacenar todo el contenido en la slides te ayuda, déjame sorprenderte: más te ayudaría no tenerlas.

Cuando tu el contenido está en el powerpoint, estás atado a él. Debes decir las cosas en el mismo orden y con las mismas palabras de las diapositivas. Ese encorsetamiento resalta cuándo te equivocas o te dejas algo, y la presentación termina siendo un ejercicio de cazar gazapos del presentador.

En cambio, si las diapositivas contienen lo mínimo (unas palabras o iconos, una tabla) te explicarás como te salga en ese momento, de forma natural. Así consigues un discurso fluido. Recuerda que cada clic te obliga a estar pendiente de qué saldrá en pantalla para ir retransmitiéndolo.

Conseguirás mejor efecto si dejas que salga una diapositiva ilustrativa y consigues contar tu historia.

Aunque aún hay más desventajas, he destacado estas como las más críticas. ¡Y eso que no te he puesto en el supuesto de un fallo técnico que te impida proyectar!

Quizás ahora te preguntes ¿cuál es la manera correcta de relacionarse con el powerpoint delante del público? ¿qué pongo para que me ayude?

 

 

 

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