Skip to content Skip to footer

El teatro puede aportar mucho al mundo de las presentaciones

Hoy queremos presentarte a Fermí Casado, actor de teatro y televisión, que en los últimos tiempos ha decidido entrar en el mundo de las presentaciones. Así ha llegado a construir un método en el que aplica su experiencia en escena y que compartirá en nuestro próximo workshop Técnica Teatral para Hablar en Público.

Seguro que quieres saber más sobre este curioso de traspaso de la vida artística a la empresarial. Como nosotros. Así que aquí va la entrevista que le hemos realizado.

Fermí, ahora que estás descubriendo el mundo de las corporaciones desde dentro, ¿dirías que existe algún paralelismo entre el ambiente del teatro y las organizaciones con las que has trabajado?

​Pues si. ¡Muchos! En el teatro es fundamental el trabajo en equipo, por ejemplo. Como también el liderazgo, saber delegar… Y es fundamental la comunicación. Además de la adaptación al cambio: en el teatro muchas veces nos vemos obligados a cambiar de equipos, de escenarios: tenemos que estar listos para resolver cualquier problema de la forma más rápida posible ¡sin alterar la función! Y, por encima de todo, la pasión. Hacer lo que nos apasiona nos da alas, y nos ayuda a enfocarnos en lo que hacemos, sin excusas.

Sobre todos esos temas (aplicados a la empresa) he leído y leo constantemente. Y es algo que en el teatro tenemos más que asumido, y gestionamos con mucha naturalidad.

¿Cuáles son los mayores prejuicios que te encuentras cuando propones llevar la técnica teatral a las empresas?

​Tengo que confesar que prejuicios, pocos.  Piensa que enseño a Hablar en Público a partir de la Técnica Teatral, y todo el mundo ve muy claro el paralelismo: que el teatro puede aportar mucho al mundo de las presentaciones en público.

¿Y con qué sensación se quedan los que se atreven a probarlo?

​Una de las cosas sobre las que hago hincapié en las primeras sesiones es que hacemos teatro: prácticas teatrales. Y eso es, y debe ser, por encima de todo, divertido. Si le sumamos que se llevan a casa herramientas útiles, las sensaciones son muy, muy buenas.​

Tú también te has atrevido a probar el mundo de la docencia, ¿cómo lo estás viviendo? ¿Qué te está aportando?

​Bufff… ¡Sobre eso podría escribirte 27 posts! Jajaja… Pero sólo te diré dos cosas:
La primera es que el ejercicio de explicar lo que hacemos los actores en escena a alguien que nunca haya hecho teatro (como es el caso de muchos alumnos), te modifica. Me ha dado una perspectiva diferente de lo que hago como actor, y eso me ha enriquecido muchísimo.
​Y la segunda es la satisfacción: pensaba que no había nada comparable a los aplausos del público, pero he de reconocer que la satisfacción de enseñar está muy, muy cerca.​

¿Qué parte hay de don natural y qué parte de formación y práctica hay en esto de exponerse tan directamente al público?

​En el caso de los actores, ciertos dones naturales nos impulsan a emprender el camino de la interpretación. Y son, por supuesto, muy positivos.

Ahora bien, ni son imprescindibles, ni son ninguna garantía: el resultado y la carrera de alguien con menos dones, que trabaje duro y en la dirección adecuada, será mucho mejor que el de alguien muy dotado, pero que no se trabaje. Eso es igual de aplicable a muchos otros aspectos. Y también a la oratoria.

¿Es cierto que los actores siempre sienten nervios al subirse al escenario?

​Jajajaja… Parece mentira, ¿verdad? Pues si. Siempre.
Jerry Lewis, el gran cómico estadounidense, decía que el actor que no se pone nervioso antes de salir a escena, o bien es idiota, o es poco profesional. Y no puedo estar más de acuerdo.
Exponerse en público siempre, siempre, siempre lleva aparejada cierta dosis de estrés. ​

En el workshop vamos a hacer un trabajo bastante holístico: actitud, voz, cuerpo… ¿Cuál de todos los aspectos es más importante para causar una sensación de seguridad y convicción?

​Somos un ‘pack’. Hablamos de la voz y del cuerpo por separado, para poder trabajarlos y entendernos. Pero es básico conocer que forman parte de una misma unidad: nosotros.
Dicho esto, creo que la voz es mucho más efectiva en el campo de la comunicación emocional: si algo nos gusta o nos disgusta, nos inspira o nos indigna lo expresamos con la voz. Y el cuerpo es más efectivo a la hora de comunicar nuestra actitud: seguridad, convicción, aplomo, profesionalidad…

Alguien puede pensar que 4 horas no son suficientes para lograr ningún avance significativo, ¿qué les dirías?

​Que trabajaremos algunas claves que podrán empezar a aplicar a la mañana siguiente, y que les van a resultar de utilidad.
Por supuesto, si tuviéramos más tiempo trabajaríamos más. Y si hiciéramos un training de 2 semanas, muchísimo más. Pero he trabajado para que el workshop sea lo más efectivo posible. Y en ese sentido, formaciones incluso más cortas han tenido resultados muy positivos. ​

Por último, Fermí, ¿a quién recomendarías que no se lo perdiera? ¿Cómo les va a ayudar este taller?

​Es aconsejable para cualquiera que haga presentaciones. Pero mucho más, claro, para aquellos que se sientan más envarados o incómodos cuando se exponen en público.​ ​Los que siempre necesitan la mesa, o el atril; los que se quedan pegados a la pantalla, porque no saben cuándo o cómo moverse. Los que (por inseguridad o timidez) saben que podrían ser más expresivos, pero no saben cómo conseguirlo.​

Tras este workshop, ya sea ante grandes auditorios o ante ​audiencias de 2 o 3 personas, ​se comportarán de forma más natural, coherente y efectiva en sus presentaciones.

Curso Presentaciones Memorables

Go to Top