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Cómo aumentar la cercanía en las videollamadas

La frialdad del medio es una de las preocupaciones que en estos últimos años he recibido de mis estudiantes del curso CamOn sobre presentaciones en remoto.

Es que la persuasión a través de videollamadas es más complicada porque todo es mucho más artificial y forzado. Somos consciente de que hay una tecnología entre nosotros y no nos permite conectar emocionalmente como lo haríamos cara a cara.

Evidentemente hay muchos factores de lenguaje corporal que se pierden y es en ella donde va la mayoría de nuestra capacidad de conectar. La misma proxémica (la distancia entre personas) es una información que tu cerebro utiliza para establecer el marco de confianza con esa persona.

Pero algo habrá que hacer, ¿no? Porque cuando hay un obstáculo en comunicación no debes frustrarte y quejarte de que no puedes comunicarte bien. Eso no te lleva a tu objetivo. Trata de encontrar maneras de sortear, mitigar o compensar esas desventajas.

Eso es lo que te voy a compartir en este post, algunas de las estrategias que ponemos en práctica en el curso para recortar esa distancia en las videollamadas y aumentar nuestra capacidad de influencia.

Imagen natural

Una de las cosas que deberíamos potenciar es que la persona se olvide de que está delante de un ordenador. Es decir, que lo que ve en la pantalla le parezca tan natural como si estuviera delante suyo.

En este sentido, la imagen que envías a través de tu cámara es muy importante para dar esa sensación de realidad. Y debes evitar cosas como:

  • Sobreexposición de la luz o colores poco naturales.
  • Falta de profundidad en el plano.
  • Iluminación frontal que no crea relieve.
  • Fondos virtuales que se nota que son fondos virtuales
  • Planos que te corten la cabeza o el cuello.
  • Altura de la cámara por encima o debajo de los ojos.
  • Imagen con mucho ruido o muy baja resolución.

Estos son algunos detalles técnicos a los que no siempre se les presta atención pero que determinan claramente la capacidad de conectar con la otra persona. Todo lo que veo condiciona la comunicación y si veo algo artificial será más difícil convertirlo en una conversación fluida y acogedora. Si no nos entra por los ojos no nos llega al corazón.

Sonido limpio pero realista

El sonido es también muy importante. Más allá de que se oiga bien podemos tratar de tener el mejor sonido, el más natural, aquél que no suene a micrófono, claro.

El tipo de micrófono es muy importante. Un buen micrófono de condensación siempre te ayudará a aislar tu voz del sonido ambiente y recogerá unos buenos graves evitando un efecto lata.

Por otro lado, la distancia también es importante. Si el micrófono es bueno, nos dará el mejor sonido si lo colocamos entre 20 y 40 cm de la boca. Todo lo que sea más lejos va a provocar la percepción de que estamos muy lejos cuando lo que queremos es provocar cercanía. Por otro lado, el micrófono demasiado cerca tampoco va a sonar natural, voy a sentir como si tuviera a la otra persona hablando al oído y eso tampoco lo haría parecer normal.

En cuando al software que esté recogiendo ese audio, trata de calibrar la ganancia entre -6 y -12 para que se escuche bien pero sin molestar ni crear petardeo.

Un buen sonido es imprescindible y no se suple ni compensa con nada más. Si hay algo en lo que se tenga sacrificar hazlo en cualquier cosa menos en el sonido. Un buen sonido puede compensar otras debilidades. Pero cuando el audio es malo, incomoda o molesta da igual lo perfecta que sea tu imagen que la otra persona solo va a pensar en acabar lo antes posible.

Contacto visual

Si hay algo que nos hace conectar con los demás es el contacto visual. Mirar a alguien a los ojos es la manera de decirle que tengo abierto el canal de comunicación, que te escucho, que lo que digo es para ti, que estamos interactuando.

Pero, ¿cómo consigo que la persona que está al otro lado tenga esa sensación de que le miro a los ojos? Pues debes mirar al objetivo de la cámara. Si miras todo el rato a la pantalla (que es lo que nos llama la atención para ver la cara de la otra persona) puede que acabemos la charla sin haber tenido ningún momento de sensación de contacto visual. No es fácil acostumbrarse, pero sí, finalmente se trata de una costumbre. Con persistencia podrás integrarlo como hábito y te saldrá solo sin tener ni que pensarlo.

Por otro lado, gran parte de nuestras emociones va a transmitirse a través de los ojos (para ser más preciso a través de todos los microgestos que pasan alrededor de nuestros ojos). Por eso es tan importante que nuestros ojos se vean correctamente. La iluminación cenital (la del techo) es la peor opción porque hace que nuestras cejas ensombrezcan los ojos. ¡Y mención especial a las gafas! Conseguir que se vean tus ojos sin reflejos incómodos es todo un reto pero se puede conseguir.

En tu cajita solo se ve tu cara, pierdes mucha capacidad de expresión corporal. Potencia los ojos como medio de expresión para captar atención y generar confianza.

Estas son algunas de las cosas que trabajamos en el curso. Por supuesto hay muchos más detalles pero si implementas estos cambios ya habrás dado un paso de gigante en conectar con tu interlocutor/a emocionalmente y que se sientan más cerca de ti.

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