Cuando te invitan a un foro para dar una charla, es común que te marquen el objetivo de la misma. Un evento compartido con otros expertos requerirá de establecer claramente el rol de cada uno, repartir el contenido adecuadamente para que sumen sin pisarse. No obstante, existen foros en los que simplemente te ofrecen la oportunidad de hablar de lo que quieras. ¿Y de qué hablas?
Te ofrezco esta semana algunas ideas que yo utilizo si me veo en la situación y necesito generar contenido para mi charla.
Ideas de contenido para tu próximo discurso
1. Responde una pregunta. Una forma fácil de satisfacer a la audiencia es quitarle una duda o curiosidad. Todos apreciamos aprender y tener respuestas a las incógnitas clásicas de nuestro sector.
Por eso es importante estar muy atento a las preguntas que más te repiten tus clientes. Echa un ojo a los foros, a los grupos de LinkedIn, a los comentarios de blogs especializados, descubre las inquietudes de la población acerca de tu ámbito y construye una respuesta útil. Te sorprenderás de todo el contenido de valor que puedes generar desde esas preguntas.
2. Mójate en un debate. En todo sector existen debates que atrapan a sus profesionales. Ya sean cuestiones de profundo calado ético o polémicas más triviales, siempre hay corrientes de opinión que dividen a los profesionales.
Una buena charla puede ser la que te sirva para presentar la dicotomía y posicionarte al respecto. Demostrar que tienes criterio y defender con consistencia tu postura te aportará mayor autoridad como profesional y dará a la audiencia más argumentos y herramientas para posicionarse libremente (comparte tu postura, no la impongas).
3. Investiga y evalúa una novedad. El efecto “nuevo” tiene un poder magnético al que pocas personas se pueden resistir. Y en todos los ámbitos hay novedades, sólo debes informarte de ellas a través de revistas sectoriales o incluso la prensa estándar. Puedes utilizar un nuevo producto, un descubrimiento, una nueva normativa o una tendencia.
Coge ese diamante en bruto, la noticia, y trabájalo para tu audiencia. Rasca más allá de lo que ves y valora la procedencia, aclara puntos negros que el entusiasmo de la primicia no ha contemplado o habla del futuro, utilizando tu experiencia para visualizar repercusiones en el tiempo. La audiencia te agradecerá que, como experto o experta, le ayudes a comprender mejor esa información de la que ha oído hablar.
4. Comparte un top ten. Consejos rápidos, rankings interesantes, pasos para conseguir algo, catálogos de recursos… las listas nos encantan. Encapsula parte de tu conocimiento en un inventario atractivo que dé ritmo a la propia charla.
La capacidad de síntesis, el foco estratégico y la variedad son las claves para que una lista sea bien recibida por la audiencia. Los que somos formadores sabemos lo que le gustan a los alumnos las “recetas”. Es una ocasión para darles una.
5. Cuenta un cuento. Como lo oyes, explica una historia que concluya en una moraleja potente. Y esto es importante: la moraleja. Cuando trabajamos con storytelling solemos encontrar en clientes o alumnos con el síndrome de «árboles que no dejan ver el bosque».
Es necesario comprender que el storytelling es una técnica, una herramienta para apoyar una conclusión (la moraleja) que es realmente lo importante. Por eso necesitas empezar por el final: piensa que sentencia dorada quieres que la audiencia se lleve a casa y a partir de aquí desarrolla la historia (real o figurada) que te llevará a ella.
Estas cinco ideas te ayudarán a crear un contenido para tu próxima charla si el organizador te da total libertad para elegir el tema y no sabes por dónde empezar. Fíjate que estas cinco ideas guardan algo en común: todas buscan maneras de compartir algo preciado con la audiencia, algo que aprender, ahorrarles un trabajo o facilitarles la vida. Nunca debes olvidar que las buenas charlas son aquellas que tratan de regalar algo valioso al público.