Muchos profesionales hoy en día tienen entre sus tareas habituales ofrecer charlas ya sea desde su propia plataforma de promoción -como hacen continuamente emprendedores y cabezas de startups– o bien invitados desde otros eventos que buscan en la colaboración atraer público. Y este es uno de los puntos críticos, a no ser que seas un gurú reconocido que agotarás las invitaciones solo con poner tu nombre, la realidad es que un título con gancho es un elemento clave para que el evento sea o no un éxito.
Como no queremos más que buenos contenidos se queden sin escuchar porque no tienen un título con gancho que seduzca al público, en el post de esta semana te vamos a echar una mano con eso.
Cómo diseñar un título con gancho
Las reglas que vas a leer a continuación son las que nosotros mismos intentamos utilizar para dar nombre a nuestros workshops presenciales, también a nuestras formaciones incompany e incluso para los titulares de los artículos.
Piensa que en el fondo estamos escribiendo claims, frases pegadizas que centran la atención. Da igual el formato lo que venga después. Así que, aunque nosotros nos centramos en la ponencia porque es nuestro ámbito, puede que a ti se te ocurran otras muchas más aplicaciones.
Una de mis primeras ponencias se titulaba “Vender sin Rodeos” y tuvo mucho más público del esperado. ¿Qué ingredientes tenía ese titular que lo hacía atractivo? Vamos a verlos.
Las 5 características de un título con gancho
Breve
Está claro que un titular debe ser lo suficientemente breve para que se pueda leer de un solo vistazo y sea fácil de recordar. Cuantas más palabras añadas, menos cumplirá estas dos funciones. Hay que hacer un esfuerzo de simplificación importante. Te recomiendo que te ciñas a un máximo de 10 palabras. Cuanto más corto mejor. Estoy contigo que muchas veces al simplificar tanto, el título con gancho no está ofreciendo toda la información que la audiencia necesita para decidir si le interesa. Recuerda que lo que queremos es que nos miren primero para poder seducirles después.
Nosotros, por ejemplo, solemos utilizar un título muy escueto (3/4 palabras) para llamar la atención y después añadimos un subtítulo que aclara más el contenido. Si no llamamos su atención, y no nos leen, las aclaraciones servirán de poco.
Estarás de acuerdo conmigo que “Vender sin Rodeos” genera más atención que “Técnicas de venta para entrevistas comerciales que te permiten simplificar el proceso y cerrar más ventas”.
Único
Dado el aluvión de información al que estamos expuestos tenemos el peligro de que nuestra charla suene a algo del año pasado, a algo que ya he visto en YouTube, a algo que es lo mismo de siempre. Nadie va a ir a tu charla no es algo nuevo.
Y sé que es muy difícil que tu contenido sea totalmente innovador y original, que descubras algo que nadie en el mundo ha visto antes. Pero si no es nuevo, debes hacer que suene a nuevo. En el fondo la audiencia va a apreciar no solo un contenido nuevo, sino un enfoque nuevo sobre un viejo contenido, una nueva manera de comunicarlo o de organizarlo.
“Vender sin Rodeos” ofrecía un nuevo enfoque: no me voy a ir por las ramas, no voy a enrocarme en refinadas técnicas o complejos análisis, voy a ir al grano, a lo bruto. Eso ya sonaba suficientemente nuevo a pesar de que charlas sobre ventas hay a patadas.
Suspense
No hay truco mejor para generar atención que despertar la curiosidad. La tendencia natural de nuestro cerebro a querer respuestas para todo siempre pica ante enigmas o incógnitas. Así que un título con gancho debe ser un poco misterioso. Por eso, una ponencia titulada con una pregunta puede funcionar fenomenal, porque al plantear el interrogante ya estás generando una duda. A veces una palabra desconocida, una relación entre dos elementos totalmente desconectados o un planteamiento aparentemente incoherente.
El título de “Vender sin Rodeos” sugiere que nos cuesta mucho vender, quizás es que estamos dando demasiados rodeos. ¿Y si hubiera un atajo que yo no conozco? Ahí está la curiosidad diciéndote “tienes que averiguar de qué va esto”.
Compromiso
Una parte esencial de ese título con gancho que estás buscando, es que contenga una promesa. La promesa es la que arranca el motor para que la gente pase de leer a actuar -comprar, reservar, llamar o lo que tenga que hacer para asistir. Y aunque se debe desarrollar más allá del título (en el subtítulo, en la convocatoria, en la promoción, etc.) el título debe dejarla caer. La audiencia debería reconocer fácilmente que va a tener una recompensa particular.
La promesa de “Vender sin Rodeos” es clara: vas a vender más fácil. Esta es la promesa de la charla, esta es la recompensa que van a obtener los que asistan.
Actitud
Y aquí viene uno de los puntos más importantes. Para nosotros uno de los que más trabajamos y es en el tono del propio título. Quién conozca nuestros contenidos, talleres, cursos, sabe que nuestro tono es fresco, a veces un poco descarado, muy poco elitista, fuera de grandes formalismos.
El tono es el que expresa la personalidad, el carácter del ponente o del evento. Por eso es tan importante, porque es el que puede generar una conexión de simpatía, un reconocimiento emocional.
El propio “Vender sin Rodeos” tiene una actitud fuerte. Respondía a un evento de networking en el que los tiempos eran muy severos y el objetivo era primar la productividad. El título acompañaba totalmente esa actitud. Somos simples, sí. Somos rudos, quizás. Pero vamos al grano, no nos gusta perder el tiempo.
Puedes ir a tu biblioteca de libros de empresa y repasar si los títulos de los best sellers que tienes siguen este patrón. Te servirá de confirmación de cómo te puede ayudar esta regla.
En definitiva, si quieres que tu audiencia te encuentre tienes que darle lo que B-U-S-C-A: Breve, Único, Suspense, Compromiso y Actitud.