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¿Tienes las 3C de un orador influyente?

La primera historia de una presentación es la experiencia del propio evento. La historia que conduce el orador. Una historia que involucra al público, quien comienza preguntándose: ¿Qué hacemos aquí? ¿Qué nos contarán? ¿Quién eres tú? ¿Por qué nos cuentas todo esto? Una historia que protagonizas tú, speaker.

Así que la influencia o carisma que desprendas como protagonista es tu primer reto. ¡Debes enganchar a la audiencia! ¿Quieres saber cuáles son las tres C del liderazgo que definen al buen storyteller? Pues allá van:

 

Las 3C de la influencia para el orador

COMUNICACIÓN. Lo que dices, las palabras que utilizas, la franqueza de tus ideas, lo directo de tu mensaje te acercarán a tu público. Pero aún más importante son tus gestos, tu postura, tu expresión facial, cómo te mueves por el escenario… La comunicación es tu herramienta de trabajo. Tienes que aprender a dominarla y sacarle el máximo partido.

CARÁCTER. No hace falta que te inventes una personalidad, simplemente muestra la tuya. Si te presentas como ser anodino, uniformado, totalmente neutro y estandarizado tienes pocas posibilidades de generar expectación. No tengas miedo a enseñar esos rasgos que te hacen diferente. Ser diferente es ser alguien. Y es imprescindible ser alguien para que te escuchen.

COMPROMISO. Cuando escuchamos a un orador como tú esperamos honestidad. No hace falta compartir sus argumentos, pero necesitamos creer que te apasiona, que tienes plena convicción en lo que cuentas. Necesitamos que demuestres tu compromiso con tu idea. Si suenas como un prospecto médico, no interesas. Es la emoción que imprimes en tu mensaje la que te hace poderoso.

 

¿Te parece difícil? Empieza por imaginar que rompes una atadura y liberas tu genuinidad. Que ofreces con franqueza lo que solo tú puedes aportar a tu audiencia. Sin miedos, sin reservas y con transparencia. ¡Y práctica!

 

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