No sé si te has fijado en cómo se ha incrementado el uso del término “relato” en los medios de comunicación. Se ha introducido en los debates, las argumentaciones o la información y hasta se está abusando del término. A mí desde luego me llamó la atención porque era un término que utilizaba académicamente, en mi ámbito del storytelling, y de pronto está en boca de todos.
El protagonismo de esta palabra está relacionada con la conciencia de tener un buen relato es necesario para persuadir y movilizar un colectivo. De ahí que nunca los poderes intentan adueñarse de “el relato” porque saben que ahí está el poder.
Las corporaciones, que luchan por la hegemonía en su sector, no pueden prescindir de un buen relato para su marca. Si no tienes un relato, en la era digital, los usuarios o consumidores no hablarán de ti, porque no tendrán una historia a la que añadirse. O peor aún, alguien lo escribirá por ti. Todos somos potenciales narradores con un smartphone en la mano.
Es el momento de ver qué mecanismos tiene el storytelling para convertirse en un factor crítico en la carrera al éxito empresarial.
4 ventajas del storytelling para empresas
Las historias humanizan
Una de las ventajas que ha traído el social media a la relación consumidor-marca es el acceso directo. Como público puedes hacer preguntas, plantear quejar y compartir tus sensaciones directamente con una compañía, hablando de tú a tú. El branding que siempre ha tratado de personificar la marca nunca lo ha tenido tan fácil porque ahora ya tiene voz que interactúa con sus clientes.
Pero, cuidado, con que las personas anónimas que se dedican a crear esa ilusión de hablar con una marca sigan un mismo relato bien elaborado y coherente. De lo contrario nos encontraremos con el “hablar con un robot” o, peor aún, “con un don nadie” que tanto saca de quicio al consumidor. Será muy difícil conseguir una cara reconocible y diferenciada de la competencia. Por eso es tan importante que todos en la empresa tengan interiorizada la historia. Es el relato el que genera la comunicación y su tono, no a la inversa.
Las historias enganchan
Seguro que recuerdas como un día Obama enamoró al mundo con su forma de comunicar, como consiguió ser el primer presidente negro de los EEUU. Probablemente no recuerdes los resultados de esas elecciones ni siquiera la fecha.
Probablemente recuerdas montones de imágenes y testimonios que nos hablan de pobreza en el mundo, pero no recuerdas las cifras aunque sean impresionantes.
Y seguramente en el momento de comprar un objeto de teletienda, recuerdas mejor los testimonios de personas desesperadas que recobran la alegría al tener el producto en sus manos que las especificaciones técnicas del mismo.
Lo quieras o no, somos seres humanos y tenemos sentimientos, nuestro cerebro está programado para recordar las cosas que conectan con nuestras emociones mucho mejor que los hechos o datos aislados.
Las historias dotan de propósitos y comprometen a la acción
Storytelling es una herramienta fabulosa para dar a la gente una razón para ponerse en marcha en alguna dirección. Leía en un estudio del 2007 en la Wharton School of Business unas conclusiones interesantes. Cuando se pedía una donación a través de un call center, los participantes que explicaban cómo cambiará la vida del donante y la de los destinatarios recibían el doble de dinero que los que no daban esta información. Esto lo saben, y puedes ver como legítimamente lo utilizan, las organizaciones para captación de ayudas.
Dicho esto, ¿me lo parece a mí o uno de los retos acuciantes que tienen las empresas con las nuevas generaciones de profesionales es conseguir aunar a los equipos con propósitos potentes y el compromiso de su capital humano con la marca? Pues nada más que añadir, señoría.
Las historias conectan con las necesidades
Los productos o servicios están diseñados para resolver problemas, cubrir necesidades o alcanzar sueños. Y la mayoría de la gente se equivoca cuando piensa que el marketing se dedica a crear necesidades. Ni el marketing más potente y mejor dotado puede crearte una necesidad que no tienes (¡afortunadamente!). Lo que hace el buen marketing es detectar esas necesidades que tú tienes. Y lo que hace el mejor marketing es relatarte la necesidad de manera que la reconozcas y entiendas cómo su producto te ayudará a cubrirla. Lo que hace el mejor marketing es contar una buena historia.
Detrás de un proyecto que motiva, arrastra e incluye, hay una historia. La mía empieza hace 15 años, en una entrevista de trabajo que marcó el inicio de mi carrera como profesor. Y en esa primera entrevista ya utilicé storytelling para conseguir el trabajo.
Si quieres saber cómo fue y todo lo que he aprendido sobre la técnica de crear historias en la empresa. Si quieres saber exactamente qué es, cómo funciona y cómo aplicarlo en casos concretos en la empresa, entonces te va a interesar mi libro “Aplícate el cuento. Técnicas de stoytelling para presentaciones persuasivas.”